Pensamiento para la liberación

Los hombres han sido siempre, en política, víctimas necias del engaño ajeno y propio, y lo seguirán siendo mientras no aprendan a descubrir detrás de todas las frases, declaraciones y promesas morales, religiosas, políticas y sociales, los intereses de una u otra clase.” Lenin.

jueves, 8 de septiembre de 2011

El Capitalismo, su “Educación” y sus “Educadores”


Rebelión/Universidad de la Filosofía


Con el argumento de que la “educación” es el gran remedio para (casi) todos los males sociales e individuales, se la usa como una de las más “respetables” trincheras ideológicas burguesas aparentemente irrefutable por su, no menos aparente, “filantropía”. En realidad es un arumento hipócrita, insustentable e ilusionista. Sin apología alguna por la ignorancia, recordemos que las revoluciones son impulsadas por la fuerza inmensa de la clase trabajadora que, a pesar de sufrir los estragos del capitalismo, en su trabajo, en su salud, en su vivienda, en su riqueza natural, en su conciencia, en su cultura y su estado de ánimo… cada día cobra mayor conciencia de lucha. Eso no es por estar “bien educados” sino por, entre otras razones, la clase trabajadora impulsa su conciencia y se educa, con sus fuerzas propias, para afianzarse en la batalla por emanciparse.
 A la “educación” que la burguesía imparte, junto a sus miserias y falacias, se la baña con saliva limosnera. Nunca faltan los demagogos dispuestos a teñir con gestos de dádiva grandilocuente lo que en realidad debe ser el cumplimiento de una obligación y un derecho, social e histórico, conquistado por los pueblos. Los que se creen dueños del “saber”, metidos a mercaderes del conocimiento, van por el mundo dictando cátedra sobre su “bondad”, extraterrestre, expresada en “dar educación al pueblo”. Y pasar factura, desde luego. Y repiten, con ignorancia impúdica, que la “educación” lo arreglará todo. Hablan, claro, de su “educación” que es su gran negocio.
La maquinaria “educativa” financiada por la burguesía, en todos sus niveles y extensiones, (y con excepciones honrosas) es una maquinaria de guerra ideológica empeñada en sistematizar, en las aulas, los modos y los medios para amaestrar personas, para inocular la ideología de la clase dominante disfrazada con “prestigio científico” y para hacer tragar a los pueblos la “dignidad culterana” de las más vergonzosas teorías pseudocientíficas, y los más bochornosos exorcismos al capitalismo. Diariamente un ejército de “educadores” serviles infesta los espacios “académicos” (públicos o privados) para hacer creer a los “estudiantes”, gracias a un salario mayormente mediocre, que el “saber”, autorizado por las oligarquías y sus instituciones, es la verdad revelada que los conducirá a un futuro de “bienestar” a cambio de entregar su cerebro con docilidad y servilismo. Espejismos del cuentapropismo académico parasitario y decadente. Y lo avalan con títulos de pre-grado, grado, post-grado… el fetichismo de los títulos académicos.
Ese modelito de falacias y extorsiones “educativas”, ¡institucionales!, ha tendido trampas “lógicas” a diestra y siniestra para garantizar la sobrevivencia de un monstruo burocrático costoso, anacrónico, anti-democrático, autoritario y discriminador basado en reproducir en las aulas les relaciones obrero- patronales. Todo revestido con palabrería “científica” para hacer creer que es “conocimiento” cierto, ese magma de ignorancia, limitaciones y petulancia que desparraman diariamente millones de “educadores” cómplices de la farsa. Eso, claro, con la bendición de los jefes que no son menos serviles, ni menos cómplices, ni menos ignorantes que sus súbditos “cultos”. Aunque “administren” o “gerencien” bien.
No hay atenuantes, la historia de la educación burguesa, que por momentos fue exitosa sólo para la clase dominante, ha sido un fracaso horrísono que al proletariado sólo trajo penurias, gastos inmensos, estigmas, maltrato, marginación e inutilidad pasmosa. Una educación emancipadora está todavía por venir cuando sepamos des-mitificar y modificar el estado actual de esa “Educación” burguesa que no ha resuelto, ni resolverá, los verdaderos problemas de fondo. Los “grandes avances” burgueses, en ciencia y tecnología, se traducen mayoritariamente en penurias y explotación para los pueblos. Eso no lo tapan las migajas “educativas” de las demagogias.
Está en crisis la Educación originada por los aparatos burgueses para la dominación ideológica, como expresión de la Crisis de Dirección Revolucionaria que aqueja a la humanidad. Tal “crisis”, ya añeja, en el sentido de crisis rumbo y en el sentido de crisis de dirigentes, debe ser objeto supremo de la Educación Revolucionaria que bien debe servir como motor organizador que refresque y expanda la conciencia de la humanidad y libere los millones de categorías y conocimientos que le han sido vedados o secuestrados por obra y gracia de la ideología, y los intereses, de la clase dominante.
Algunos luchamos por una Revolución Educativa internacionalista, que sea producto de la gran Revolución Socialista impulsada por los trabajadores de todo el mundo. Algunos luchamos, e inventamos salidas, desde trincheras diversas. Quisiéramos la ciencia emancipada y al servicio de la humanidad y no la ciencia mercachifle que se adueñó de los centros de estudio para domesticar cerebros y ganancias. Quisiéramos terminar con los latifundios académicos y el besamanos doctoral. Quisiéramos vida democrática plena en las aulas, quisiéramos cultivo colectivo del conocimiento, quisiéramos docentes, estudiantes y científicos hermanados, hombro a hombro, con las luchas de los pueblos, especialmente en la lucha contra la ignorancia y la miseria intelectual. Quisiéramos educación y ciencia en plena Batalla de las Ideas, quisiéramos alegría y moral de lucha en el descubrimiento del saber, quisiéramos la ética socialista como epistemología de las ciencias y la pedagogía emancipadora sin las aberraciones “didácticas” que la niegan. Quisiéramos un programa educativo mundial no subordinado al interés de la usura, ni al negocio de élites, ni a la idolatría burguesa… “Necesitamos otra educación para otra sociedad y otra sociedad para otra educación” KM. No es mucho pedir.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

África en los medios de comunicación


La descolonización de la mirada
Por: Albino Carlos
Fecha de publicación: 06/09/11

El siguiente texto fue la ponencia presentada por el periodista angolano Carlos Albino, en una mesa de panelistas junto al escritor venezolano Modesto Emilio Guerrero, el periodista argentino Carlos Aznárez y el líder religioso iraní-musulmán Alejandro Kauffman, dentro del Congreso de Comunicación y Ciencias Sociales desde A.L. "Tensiones y disputas en la producción de conocimiento para la transformacion" COMCIS, realizado en la Univearsidad de La Plata, Argentina, del 30 de agosto al 2 de septiembre de este año. 1. África en tonos dramáticos
África figura en las primeras planas de los grandes medios de comunicación del mundo y se percibe una tendencia a hacerlo por los peores motivos: cuando no se la asocia a la guerra y a la violencia, son la inestabilidad y el caos, la barbarie y la catástrofe los colores que componen ese cuadro negro1.
Además, en el enfoque de los temas relacionados con el continente africano, cuando no manifiestan falta de equidistancia, los periodistas no africanos revelan un impresionante desconocimiento histórico-cultural de las realidades diversas y particulares de África, y no se privan de manifestar una dosis excesiva de paternalismo, mezclada con nostalgias y prejuicios.
Por otro lado, la propia prensa africana no está exenta de la lógica y la dinámica periodísticas, que consisten en privilegiar lo insólito y lo anormal, cuando no zozobra ante las imposiciones de los grandes grupos mediáticos o cuando no logra deshacerse de las amarras del propio subdesarrollo propio del continente, hecho que hace que los periodistas africanos se vean en dificultades ante el fenómeno de construcción de África en tonos negativos2.
Ante este cuadro negro, y partiendo de suponer la importancia que tienen los medios de comunicación en la construcción de la realidad social, en la representación de la identidad y en el proceso de producción de sentidos, es importante preguntarse: ¿qué imagen tienen de África los otros pueblos? y ¿qué imagen tienen de sí mismos los propios africanos, en función de la imagen construida por la mirada de los otros?
Se parte de la suposición de que cada grupo construye, refuerza y reproduce una concepción de la realidad social teniendo en cuenta sus intereses, ambiciones, valores y creencias. Esos modelos construidos a través de experiencias se ven alimentados por las relaciones cotidianas, proceso en el cual los medios de comunicación asumen un papel preponderante3 .
En efecto, a cada grupo le corresponde un discurso que reproduce necesariamente su noción de realidad, por lo que los individuos actúan inconcientemente de acuerdo con los estereotipos que tienen de su propio grupo y de acuerdo con su identidad social.
En cuanto a la problemática de los africanos en la prensa internacional, las noticias actúan construyendo o perpetuando estereotipos que influyen en las convicciones socialmente existentes. Y los estereotipos, herramienta necesaria para la retórica y la lógica de los medios, al simplificar y cristalizar la información permiten reducir la complejidad de lo social, atenuar la complejidad del Otro4.
Por otro lado, tenemos que cada pueblo construye una idea de sí mismo y de los otros en función de las imágenes que se van produciendo de sí mismo y de los otros: las relaciones políticas, económicas y sociales inducen representaciones metafóricas, que a su vez inducen relaciones políticas y sociales que repercuten en la sociedad, o sea, las imágenes mediáticas constituyen uno de los elementos a partir de los cuales se desarrollan mapas referenciales de la gente: los medios de comunicación tienen un papel preponderante en la reproducción ilimitada de la estructura social5.
Por lo tanto, la imagen crea la sociedad humana, todas las sociedades funcionan a través de un imaginario colectivo, de una cosmovisión de representaciones.
Además, la lógica de la gramática de las imágenes, inherente a las exigencias performativa y pragmática de la modernidad, no ofrece ninguna posibilidad de huida a esa realidad, por lo que, y partiendo de la hipótesis de que los medios de comunicación desempeñan un papel central en la representación y construcción de la realidad socialmente compartida, la cuestión de la imagen que se tiene sobre y del continente africano se revela como una problemática que inspira cuidados mucho mayores.
En primer lugar porque la imagen del otro se revela como elemento importante en el proceso de construcción de la identidad y de exclusión, más aún cuando a esa imagen se asocia una categoría, como negro, hambriento, bárbaro o inclusive inmigrante y, en segundo lugar, porque respecto de la problemática de la representación de los africanos en los medios internacionales, occidentales sobre todo, las noticias actúan como construcción o perpetuación de estereotipos e imágenes estereotipadas que influyen en las convicciones socialmente existentes6.


2. Política de exclusión
Pero, ¿por qué los occidentales insisten en tocar siempre la misma tecla, transmitiendo una imagen negra sobre la realidad africana?
Entre otras razones, hay que decir que lo que está planteado es también el miedo al Otro, que tiene como resultado la creación de imágenes negativas, inclusive porque muchas veces, los medios no hacen más que renovar las metáforas de la cultura circundante: el hecho es que el hombre moderno se encuentra ante una tensión de tranquilidad y de terror como en todas las épocas.
Sin embargo, el fantasma actual es lo desconocido, lo omnipresente; el miedo al Otro se revela como una de las razones desconocidas por la propia razón, y es un aspecto muchas veces aumentado por la fiebre de barullo sensacionalista alimentada por los medios de comunicación.
La verdad es que los medios tienen un papel relevante en la creación y conservación del orden simbólico, por eso, en el mejor de los casos, condicionan fuertemente la forma de ver y de sentir el mundo. Por eso se impone la necesidad de medidas que permitan invertir este fenómeno, sobre todo cuando somos concientes de la parte de responsabilidad de los medios en la potenciación y/o propagación de fenómenos de exclusión social como el racismo y la xenofobia por parte de los otros pueblos en relación a los africanos y, en la diseminación, no menos grave, de sentimientos de afro-pesimismo y desesperanza entre los hijos de África en relación a su propio continente.
Es importante destacar que vivimos el éxtasis de la tercera revolución que desmaterializó las reglas de funcionamiento de las sociedades, eligiendo como materia prima, la información.
Pero sucede que la mayoría de los países de África está prácticamente excluida de esa revolución, o sea, todavía no superó siquiera el umbral de la revolución industrial. Por eso urge incluir en el orden del día la cuestión de la inserción de África en los contextos informativos y comunicativos internacionales – ya no en los mismos términos del espíritu que orientaron las reivindicaciones de los años 70 en relación al libre flujo y equilibrio de la información, dado que, cuando cambian los tiempos, naturalmente cambian los hábitos: el concepto mismo de información es cada vez más complejo y vasto, las facilidades tecnológicas derivadas del sector cuaternario están a merced de casi todos, y las cuestiones relacionadas con la reparación de los desequilibrios se resuelven cada vez más en términos de modos de utilización de la información y menos por métodos de censura o restrictivos7.
Por lo tanto, hay que materializar un nuevo orden en la relación de África con el mundo. En este proceso de reivindicación y, consecuentemente, de exigencia de reparación moral y política de las injusticias históricas, hay dos actitudes que se asumen como las más sensatas: atribuir responsabilidades a los otros y a los propios africanos.
En ese sentido, es necesario desencadenar un verdadero proceso colectivo de descolonización de la mirada y de la forma de sentir a África, proceso que pasa por la reivindicación del reconocimiento del verdadero rol histórico de África en el enriquecimiento económico y cultural del mundo y, de paso, del hecho de que los medios de comunicación también deben reflejar la reparación de esas injusticias.
Con respecto a los propios africanos, hay que destacar que el afro-pesimismo que se generó en función de la mirada y de la actitud del Otro, impone también un proceso interno de descolonización del alma africana, la liberación de los fantasmas del pasado y la creación de nuevos valores y modelos de pensar y actuar adecuados a los signos de los nuevos tiempos, teniendo en cuenta que en el proceso de construcción de la imagen de nosotros mismos y del Otro hay que tener en cuenta que la construcción de la identidad es siempre un proceso de construcción de alteridad.
Según Inocência Mata, el contexto poscolonial promueve un discurso acerca de una África en desestructuración política, ética, moral y sociocultural y que no se compadece ya con la confinación a la memoria precolonial o con el ataque a aquella África colonial, reportándose a una África poscolonial que quiere proceder a purgar sus males a través de la superación de los límites de la memoria remota para exponer las fracturas del presente8.
Finalmente, todo se resume a que los africanos se asuman a sí mismos y de hecho las riendas del proceso de definición de los fundamentos de la legitimidad y de las materialidades simbólicas de su expresión, hecho que pasa por la inserción en las agendas y prioridades políticas africanas de la apuesta en la educación y la toma de conciencia de que es imperioso que África se inserte en la revolución de las tecnologías de la información, con la marca de su identidad, sin que eso lleve a pensar en la negación de la globalización y sus implicancias sociológicas y políticas.
En verdad, África sufre un gran déficit de representación mediática, que es lo mismo que decir que África ha perdido peso en el mundo, lo que es sumamente grave porque los medios de comunicación se han convertido en la nueva expresión del poder, son los verdaderos escenarios del poder en la modernidad.


3. Asunción del destino
El contexto poscolonial sitúa a los africanos ante el desafío de ser los dueños de su propia Historia, construir sus propios mitos y héroes, sobre todo, porque un proyecto con la dimensión de África no se compadece con ausencia de signos, rituales y símbolos propios que son un vasto dispositivo de ideas y representaciones. Durkheim destaca que las sociedades tienen necesidad de aprobar y reafirmar, con intervalos regulares, los sentires, sentimientos y los ideales colectivos que forman su identidad y unidad9.
Uno de los grandes conflictos que sacude al mundo actualmente se presenta en el plano de los contenidos, debido a la enorme importancia de los símbolos en la construcción de la realidad social. La batalla se desarrolla en el capítulo de la construcción de los sentidos y ganará aquél que esté mejor pertrechado respecto a la creación de registros simbólicos y, consecuentemente, en la imposición de sus valores y códigos de lectura.
En este contexto y dada su importancia en la construcción de la realidad socialmente compartida, los medios de comunicación tienen un papel central en la batalla cultural de nuestros tiempos, por lo que los africanos tienen que construir su propio vehículo de transmisión de su realidad cultural.
Esta cuestión es mucho más seria porque vivimos en una época que confronta de manera terrible un peligroso proceso de uniformización cultural dictada por la globalización, por indignantes asimetrías que se reflejan en parámetros y valores, por lo que a los esfuerzos inherentes al Renacimiento de la Nación Africana, deberán asociarse esfuerzos por la recuperación, preservación, promoción y divulgación de su patrimonio cultural: urge luchar por la reconquista de aquello que nos identifica y que nos enorgullece de ser nosotros mismos a la manera africana, hecho que está fuertemente condicionado a la existencia de un instrumento autónomo de información y comunicación al servicio de los africanos.
Por lo tanto, es imperioso trabajar en el sentido de implementar una política de información que privilegie el conocimiento entre los pueblos africanos y, de manera más global, entre los africanos y los otros pueblos, inclusive porque cuanto más nos conocemos, mejor nos comprendemos y, consecuentemente, mejores son los resultados de los lazos de amistad y cooperación.
En este sentido, urge revitalizar una política informativa y comunicativa africana que privilegie el respeto por los valores socioculturales distintos, profundice el conocimiento recíproco de la identidad y el patrimonio histórico y cultural y promueva el intercambio de información y de experiencia entre los pueblos de África, contribuyendo también a reforzar los lazos de fraternidad e intercambio cultural entre los pueblos africanos.
Por otro lado, es importante tener en cuenta siempre que vivimos en una época que está muy marcada por las tecnologías de la información y por las tendencias a la masificación. Por suerte, también se observan señales de esperanza, porque si bien es cierto que el fenómeno de la globalización nos sitúa frente a responsabilidades aumentadas respecto del destino de la Humanidad en cuanto al mantenimiento y promoción de la diversidad cultural, no deja de ser verdad que hay cuestiones relacionadas con la identidad nacional que están a la orden del día.
En realidad, hoy, en forma paralela a los fenómenos de la mundialización mezclados con el universalismo occidental, los discursos de proximidad obtienen estatuto de ciudadanía como respuesta a los procesos de uniformización inherentes al proceso de globalización. De esta forma, cada vez se habla más de gestión de políticas locales y modos de comunicación alternativas, renace el interés por la identidad y la cultura nacionales y regionales, por lo tanto, es urgente potenciar este espíritu renovador y valorar aquello que une a los pueblos africanos y aquello que los une a los otros pueblos.
En ese sentido y dada la importancia político-estratégica de las organizaciones regionales y/o estratégicas en el contexto de las naciones y en el marco de la globalización de la economía mundial, se debe apostar al plano de lo colectivo africano, maximizando acciones y sinergias, o sea, se debe tornar rentable el capital político y económico propio de las instituciones existentes como SADC, CEDEAO y de las más diversas instituciones financieras africanas, para que África cree también su sistema alternativo de comunicación e información.
Los nuevos tiempos exigen nuevas actitudes, hecho que supone repensar el espíritu que orienta la política informativa de y sobre los africanos en los países europeos, americanos, asiáticos y en otros lugares del mundo, exigiendo políticas que tengan en cuenta la inserción social de las comunidades africanas emigrantes, considerando siempre la defensa de los derechos de ciudadanía y el respeto por la dignidad e identidad étnico-cultural de las minorías que eligieron el refugio o el bienestar, emigrando.
Por otro lado, la inestabilidad política y económica reinante en el continente no justifica, por sí sola, la pasividad de la élite y de la clase política africanas respecto de la creación de un sistema alternativo de información y comunicación hecho por y para los africanos, incluso porque los otros pueblos se mueven en el sentido de participar y sacar partido de los avances tecnológicos de la Revolución de la Información.


Referencias bibliográficas
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- Berger, Peter; Luckmann, Thomas. A construção social da realidade: Vozes, 1987
- Carlos, Albino, Media: potenciadores dos rituais de comunicação politica, Colóquio Internacional “Folclore, sagrado & profano”, Sergipe, 99
- Carlos, Albino, A descolonização do olhar, Angolense, Luanda, 2003
- Cuche, Denis, A noção de cultura nas ciências sociais, San Pablo, EDUSC, 1996
- Durkhein, in Carlos, Media: potenciadores dos rituais de comunicação politica, Colóquio Internacional Folclore, sagrado & profano Sergipe, 99
-Franciscato, Carlos, O papel da cultura no estudo da produção jornalística, II Encontro lusófono de Ciências da Comunicação – UFS-Abril/98
- Martin-Barbero, Jesus, Dos meios as mediações: comunicação, cultura e hegemonias, RJ, UFRJ, 1987-
Mata, Inocência, Laços de memoria e outros ensaios sobre a literatura angolana, Luanda, EEUU, 2006,
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- Rodrigues, Adriano Duarte. O Acontecimento. In Traquina, Nelson (Org) Jornalismo: Questões, Teorias e Estórias”. Revista Comunicação & Linguagens. Lisboa: Veja, 1993.
- Schudson, 1995b:27
- Semprini, Andrea, Multiculturalismo, San Pablo, EDUSC, 1999
- Stuart, Hall, Da diáspora. Identidade e mediações culturais, Belo Horizonte, UFMG, 2006
- Schudson, Michael , 1995b:27
- Traquina, Nelson (org) Jornalismo: Questões, Teorias e Estórias”. Revista Comunicação & Linguagens. Lisboa: Veja, 1993.


1 Carlos, Albino, A descolonização do olhar, Angolense, 2003, Luanda.
2 Datos de la UNESCO indican que más del 80% de las noticias escritas y más del 90% de las noticias audiovisuales son difundidas por empresas de los países ricos y que los países subdesarrollados poseen sólo el 10% de los teléfonos del mundo, factores que inciden en la forma de ser y estar y atentan contra los intentos de preservación de las identidades culturales nacionales, principalmente de países pobres como los africanos. Por otro lado, según datos de la UNESCO, en 1996, en Noruega, 6 de cada 10 personas compran un diario por día. En Kenia, con una población de 25 millones, diariamente se compran sólo 250 mil diarios, lo que significa que una de cada 100 personas compra el diario regularmente
3 Berger, Peter; Luckmann, Thomas. A construção social da realidade: Vozes, 1987
4 Rodrigues, Adriano Duarte. O Acontecimento. In Traquina, Nelson (org) Jornalismo: Questões, Teorias e Estórias”. Revista Comunicação & Linguagens. Lisboa: Veja, 1993.
5 Abélés, Marc, Encenações e rituais políticos, in Revista de Comunicação e Politica, Lisboa , Edições Cosmos, 1995
6 Ferrin, Isabel, A construção discursiva dos imigrantes na imprensa, 2001, Lisboa.
7 Según datos recientes, Africa tiene un porcentaje del 5.6% en el uso de Internet, contra el 94.4% del resto del mundo (Internet usage and population statitisc for Africa are for Juner 30, 2010, in www.internetworldstats.com )
8 Mata, 2006: 21
9 Durkhein, in Carlos, Media: potenciadores dos rituais de comunicação politica, Colóquio Internacional Folclore, sagrado & profano Sergipe, 99 .
Director del Centro de Formación de Periodistas/Angola

La experiencia libia, muchas lecciones por asimilar...


Por: Henry Escalante
Fecha de publicación: 02/09/11 

Hay tantas similitudes entre la experiencia que vivimos y sufrimos en 2002, aquí en nuestra Patria, y la desgracia que azota al pueblo libio en este 2011, que no debemos desperdiciar “ni un tantico así” de las enseñanzas que nos han dejado ambas vivencias. En Venezuela, como en Libia, la oposición apátrida se mueve bajo un mismo patrón: el dólar. Se trata de mercenarios de la política que venden su Patria, su terruño, al mejor postor. En 2002, los apátridas “criollos” se vendieron al imperio norteamericano y fueron capaces hasta de derrocar, por 48 horas, al camarada Hugo Chávez. En 2011, los apátridas libios, unidos con mercenarios traídos de Qatar, Inglaterra, Francia, España, Italia, EEUU, Gran Bretaña, Alemania, han logrado derrocar al coronel Gadafi, presidente de esa hermana República, hasta hace apenas pocas semanas.

Recientemente, en nuestra Asamblea Nacional se debatía sobre la solicitud de la MUD al Congreso Estadounidense de que no retirara los fondos que aporta a la OEA para el financiamiento a las Ong´s pro EEUU, que propician desestabilización en nuestros países. Asimismo, Wikileaks dejaba en evidencia, una conversación entre Ismael García, del partido opositor Podemos, y el embajador gringo Patrick Duddy, en la cual, éste le solicitaba: “pidieron a Estados Unidos intervenir para ayudar a Podemos contrarrestar el Presidente Chávez…” (DOCUMENTO WIKILEAKS: 09CARACAS1194). Esa actitud, mercenaria, es la misma que caracteriza a los opositores libios del CNT, quienes como mendigos ante Sarkozy, Berlusconi, Obama y demás jefes, no hacen otra cosa sino solicitar les descongelen los recursos del pueblo libio, sus reservas internacionales que, en mala hora, se le ocurrió a Gadafi colocar en los bancos de Europa y EEU. “El primer ministro del Consejo Nacional de Transición libio (CNT), Mahmud Yibril, aprovechó este jueves su comparecencia tras la reunión con el presidente del Gobierno italiano, Silvio Berlusconi, para pedir que se desbloqueen los bienes congelados del Gobierno libio, y así “aliviar la grave emergencia” que vive el país desde que comenzaron los ataques imperialistas de la alianza atlántica desde marzo pasado…” (Telesur, 25-08-2011). Pedigüeños, vulgares y silvestres, el dólar es su ideología, es la ambición que los mueve.

El dominio de las acciones de guerra por aire, les permitió a los apátridas del CNT, organización política creada por los apátridas para negociar con los imperios para su provecho, avanzar por tierra y hacerse, hasta ahora, de la capital, Trípoli. Ciudad en la cual, en la actualidad, se desarrolla una guerra urbana, cuadra por cuadra, casa por casa. Estimamos, que la situación que se desarrolla en Libia, debe ser objeto de estudios por parte de nuestra Fuerza Armada Bolivariana, sobre todo en su fase actual, de guerra asimétrica; en que el, hasta no hace mucho tiempo, Ejército Regular, ha modificado su forma de actuación, convirtiéndose, en los hechos, en una fuerza de guerrilla urbana. En 2002, a esa fase hubiésemos tenido que llegar si Carmona Estanga y la burguesía, en conjunción con los medios de comunicación privados, partidos burgueses, CTV, Fedecámaras, universidades, entre otros; se hubiesen mantenido más tiempo en el poder.

Tan igual que en 2002, el coronel Gadafi, en 2001, tuvo una actuación similar a la del camarada Chávez, ya que en esos años, Gadafi, para ganarse la benevolencia de Europa y EEUU, procedió a desmantelar su cohetería aérea, incrementar sus nexos económicos con Europa e incluso, colocar en esos países las reservas internacionales del pueblo libio. Tal política, le permitió ganarse las indulgencias del imperio estadounidense y los europeos, quienes dejaron de tildarlo como terrorista, en ese entonces, mientras planificaban su posterior derrocamiento, cumplido una década después. En 2004, EEUU decidió levantar las sanciones económicas contra Libia y restaurar los contactos diplomáticos, después de que el régimen de Gadafi emprendiera el desmantelamiento de sus programas de armas de destrucción masiva. “El Gobierno de EEUU ha decidido retirar a Libia de la lista de naciones oficialmente calificadas de estados terroristas. Según informaron fuentes del Departamento de Estado, la Casa Blanca tiene previsto normalizar sus relaciones diplomáticas completas y abrir una embajada en el país africano, por primera vez en 25 años. Como parte de las medidas de normalización diplomática, que es la culminación de un acercamiento progresivo entre Washington y Trípoli iniciado a finales de 2003, EEUU retirará a Libia de la lista de países que respaldan el terrorismo dentro de los próximos 45 días…” (elmundo.es, 16-05-2006). Gadafi y Chávez, en sus respectivos momentos, obviaron la máxima que nos legara el camarada Ernesto “Che” Guevara: “En el imperialismo no se puede confiar… ¡ni tantito así!”, a lo que añadiríamos, ni en sus burguesías. El costo de la conciliación de clases, lo pagan nuestros pueblos muy caros.

En 2002, quien fuera uno de los artífices principales del golpe de Estado, el Contralmirante Héctor Ramírez Pérez, luego del golpe de Estado del 12 de abril de 2002, sentenciaba: “Nuestra arma fueron los medios de comunicación, gracias a ellos no hubo necesidad de disparar un solo tiro”. Con ello, el ministro de defensa, por pocas horas, de la dictadura de Carmona Estanga, resaltaba el papel jugado por los medios de comunicación, en especial, Venevisión, Globovisión, Televen y Rctv, distorsionando la realidad. En 2011, Gadafi no aprendió de la experiencia venezolana, en cuestión de días, Libia, que nunca antes había sido señalado como país violador de los derechos humanos, se convirtió en lo peor del planeta en esa materia. Los medios de comunicación del imperio, supieron posicionar la matriz de que en dicho país, se estaban llevando a cabo movilizaciones masivas en contra del gobierno y eran reprimidas brutalmente. “Al menos diez mil personas han muerto en Libia desde el inicio de las protestas populares contra el régimen de Muamar el Gadafi, según afirmó hoy a la cadena Al Arabiya el miembro libio de la Corte Penal Internacional (CPI), Sayed al Shanuka…” (Últimas Noticias, 23-02-11). “Por su parte, la Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH) anunció hoy que al menos 640 personas murieron en Libia desde el inicio de las protestas contra el régimen de Muamar Kadhafi…” (Noticias24.com, 23-02-11). “Unas 200 personas han resultado heridas en la ciudad, según ha dicho un portavoz del movimiento 17 de Febrero, que ha acusado al Ejército de haber disparado contra tres ambulancias…” (Laverdad.com).

Solo muertos, causados por el gobierno de Gadafi, eran las noticias que comenzaron a inundar el planeta, EFE, AFP, Reuters, CNN, Al Yazira, en fin, toda la mass media imperial reportaba sobre Libia una imagen cruenta, como reflejara un medio español: “Gadafi quiere cortar por lo sano. El Ejército está intentando sofocar las protestas contra el régimen libio que comenzaron hace cuatro días a base de disparos…” (www.publico.es, 20-02-11).

El manejo alegre e imperceptible para muchos de las cifras de muertos, reforzaba la imagen que se quería presentar al mundo, de un gobernante dictatorial y criminal, el cual debía ser derrocado por las “fuerzas del bien”, “de la democracia”. Si en febrero, hablaban de 10 mil muertos, causados por la represión gubernamental; ya en abril: “El Gobierno de USA consideró hoy (27/04) difícil calcular el número de civiles que han fallecido en Libia desde que Muamar el Gadafi lanzó su cruenta campaña militar contra los rebeldes, pero cree que podría haber hasta 30.000 víctimas…” (www.urgente24.com), por supuesto, la fuente es EFE, AFP, Reuters o cualquier otra agencia imperial.

Lo cierto es, que de aquella estratagema empleada por el imperio en Caracas, Venezuela, el 11 de abril de 2002, de unos supuestos pistoleros bolivarianos masacrando una marcha que se dirigía a Miraflores a protestar pacíficamente contra el Presidente Chávez, y que sirvió como desencadenante crucial para el derrocamiento de Chávez aquel día; hemos pasado, a técnicas más refinadas, casi imperceptibles para el televidente o lector desprevenido. Tal fue el caso, de la supuesta toma de la Plaza Verde, hecho que permitió precipitar los acontecimientos y propiciar el reconocimiento internacional a los miembros de la oposición libia, el CNT, por parte de muchos países que se mantenían a la expectativa. Horas después, se conocería que tal hecho, en realidad no ocurrió, al menos en Libia, sino que se trató de una puesta en escena en Qatar, de un montaje, con actores profesionales y todo, tipo Hollywood, como reconocieran voceros del CNT.

Por fortuna, nuestra Revolución Bolivariana asimiló el golpe mediático que se le asestó en 2002, las políticas propulsadas para democratizar la información han permitido a nuestra población tomar conciencia del riesgo que asumen cuando se sientan a ver televisión o leer un periódico, a ser desinformados, manipulados. El hecho de que el camarada Chávez, sea la persona –en el mundo- con mayor cantidad de seguidores/as, vía Twitter, per cápita, un poco más de 2 millones, refleja la capacidad de poder desmontar matrices imperiales, valga decir, el cañón mediático con que cuenta nuestra Revolución, al menos, por internet, parafraseando a Ramírez Pérez.

Venezuela no será Libia, las enseñanzas que nos está dejando este nuevo formato de golpes de Estados, empleando mercenarios nacidos en los países agredidos, debemos analizarlas en profundidad y asimilarlas para poder contrarrestarlas en su debido momento, si se atrevieran arremeter contra nuestra Patria con su Plan Balboa (http://www.aporrea.org/tiburon/n62928.html). La planificación ya existe, no es una quimera. El camarada Chávez, ha hecho público el Plan y lo ha denunciado a nivel internacional: "Hay planes para invadir a Venezuela, existen, incluso han calculado cuántos bombardeos diarios se necesitan, hay un ejercicio que lo practican, hacen juegos de guerra. ¿El objetivo? Venezuela", denunció Chávez en su programa dominical radiotelevisado "Aló, Presidente 227". Mientras, el CNT, mejor dicho, la MUD, aún no asume el nuevo formato imperial, se ha dedicado es, a ridiculizar la denuncia, menospreciarla, es el papel que le ha dado su patrón, el Departamento de Estado de EEUU, por ahora. Ah, y a solicitar al Gobierno Revolucionario que reconozca a sus pares libios, el CNT, quienes destruyeron en alianza con los imperios de EEUU y Europa su propio país, trayéndole desgracias y muertes…

henryesc@yahoo.es

martes, 6 de septiembre de 2011

Catálogo (no exhaustivo) de errores en “Comunicación”


 
¿Está prohibido hablar de nuestros errores?
Por: Fernando Buen Abad Domínguez
Fecha de publicación: 03/08/11






Consecuencias (algunas) de la alienación mediática.
 Intoxicados, hasta en lo que ni imaginamos, vamos con nuestras “prácticas comunicacionales” repitiendo manías y vicios burgueses a granel. La andanada descomunal de ilusionismo, fetichismo y mercantilismo con que nos zarandea diariamente la ideología de la clase dominante, nos ha vuelto, a muchos, loros empiristas inconscientes capaces de repetir modelos hegemónicos pensando, incluso convencidos, que somos muy “revolucionarios”. Salvemos de inmediato a las muy contadas excepciones.

Tan delicado como imitar contenidos es imitar formas. Las formas no son entidades a-sexuadas o inmaculadas, quien lea información seria, pero al estilo de los noticieros burgueses, deberá someter su esquizofrenia al veredicto de algún tratante especializado. Al menos, claro, que lo hiciere con ironía intencional y entendible. Quien redacte, hable o actúe, incluso sin darse cuenta, como redactan, hablan o actúan los referentes mercantiles de los “mass media” burgueses, con el pretexto de que “eso si llega”, de que “así la gente entiende”, de que “esto vende”… repite una trampa lógica en la que se corren riesgos de todo tipo, comenzando por legitimar el modo burgués para la producción de formas expresivas. No quiere decir esto que no se pueda expropiar (consciente y críticamente) el terreno de las formas para ponerlas al servicio de la Revolución, sólo que se debe tener muy en cuenta, qué realmente es útil y por qué no somos capaces de idear formas mejores. Hay que estudiar cada caso minuciosamente y eso es algo que muy poco se hace.

Todavía somos víctimas del individualismo burgués y no logramos construir la Unidad de clase que nos permita aliar nuestras fuerzas comunicacionales en torno a un programa revolucionario y socialista. Muchos se sienten “genio único” y “gurú” revelador de verdades mesiánicas. Uno de los cercos mediáticos más duros de romper está en la certeza soberbia e individualista del que se piensa genio comunicacional poderoso. Por eso nos derrotan con toda facilidad mientras las oligarquías se organizan y se reordenan para atacarnos. No es que seamos incapaces de lograr metas magníficas, el problema es que estamos desorganizados y no logramos concretar la dirección revolucionaria que nos haga entender el lugar que tenemos en la batalla comunicacional, unidos.  

Todavía somos víctimas de la improvisación empirista. No pocos padecer alergia al estudio y no pocos sufren mareos sólo de pensar en planificar racionalmente las tareas que nos tocan. Por eso muchos repiten y repiten errores que no se cometerían con sólo abrir las páginas de algún libro medianamente especializado y serio o con trabajar en colectivo con las bases. Por eso no pocos salen a filmar documentales, a garbar programas radiofónicos, salen a escribir reportajes o entrevistas… sin saber, siquiera, el nombre de sus interlocutores. Por eso muchos camaradas se sienten frustrados por los magros resultados, cuando el problema está en el método y en su praxis.

   Todavía perdemos horas y días y semanas y meses buscando desesperadamente a quien echarle la culpa de nuestras “desgracias”. Hay camaradas que se resisten a entender que sólo la fuerza organizada de la clase trabajadora podrá generar las transformaciones revolucionarias que necesitamos y que de nada sirven las rogativas a las puertas de las burocracias burguesas ni de las sectas iluminadas. Todo funcionario que se oponga al desarrollo de las fuerzas comunicacionales revolucionarias, que honestamente luchan por la democratización de los medios y la liberación de los caudales expresivos, debe ser sometido a la crítica abierta y científica de las bases. Porque la revolución, y especialmente la revolución comunicacional no puede detenerse a las puertas de los ministerios ni de lo sectarismos.

Nos equivocamos si creemos que “nos las sabemos todas”. Nos equivocamos si pensamos que nuestros diagnósticos inventados en noches diletantes son la “verdad revelada”. Nos equivocamos si no trabajamos en un frente de base al lado de los trabajadores que luchan por emanciparse. Nos equivocamos si creemos que todo se logra saliendo en la tele o siendo famosos. Nos equivocamos si abandonamos la militancia directa en las organizaciones revolucionarias. Nos equivocamos si creemos que los medios de comunicación lo “arreglarán” todo. Nos equivocamos si creemos que con “mensajes” ultra-revolucionarios se logra mágicamente el avance de la conciencia. Nos equivocamos, en fin, si nos contentamos con repetir fórmulas y especialmente las fórmulas que la burguesía ha ideado para someternos y no nos damos cuenta. Es verdad que ellos generan efectos poderosos en nuestra contra pero nada serían si no dominaran, primero, la base económica y política desde donde financian sus máquinas de guerra ideológica.  

    Ninguno de nuestros errores borrar los aciertos magníficos que siguen siendo orientadores e inspiradores. Pero no olvidemos que la primera de las manías, primera en importancia por su carácter dañino, es la carencia casi total de auto-crítica y que somos víctimas de una especie de soberbia voluntarista plagada con empirismos de todo tipo. Hoy cualquiera se siente “genio de la propaganda”, cualquiera se siente habilitado para improvisar estrategias y campañas basadas en una lógica salivácea y en algunos girones de realidad sancochados con “márquetin” de bolsillo. La revolución es otra cosa que comienza por no ser todo eso que nos impide la unidad revolucionaria contra el capitalismo y hacia el socialismo. Hablémoslo claramente, nos hace mucho bien. “Los hombres han sido siempre, en política, víctimas necias del engaño ajeno y propio, y lo seguirán siendo mientras no aprendan a descubrir detrás de todas las frases, declaraciones y promesas morales, religiosas, políticas y sociales, los intereses de una u otra clase.” Lenin.

(*) Dr.